¡Impresionante! Seguramente esa fue la palabra más usada para describir la consagración de Juan Martín Del Potro en el U.S. Open.
Y creo que es la término más indicado por todo lo que implicó esta epopeya: la envergadura del torneo, su primera final de Grand Slam y sobre todo el rival de turno, ni más ni menos que Roger Federer.
Fue una gran final que tuvo una enorme emotividad. Hacía mucho tiempo que el U.S. Open no tenía un partido definitorio a 5 sets y era la primera vez en 6 años que llevaban a Roger al set definitivo. Tenemos que tener en cuenta que Federer iba por su ¡sexta! corona consecutiva (2003-2008)
Yendo a las cuestiones del juego, el mérito del tandilense fue no aflojar y eludir los nervios que podía implicar tamaño acontecimiento (Son muy pocos los jugadores que ganan su primer final de GS).
¿Quién iba a apostar por Del Potro cuando el tanteador estaba 6-3, 5-3 para Federer? Parecía imposible, y más viendo el juego que estaba desplagando el argentino. Muy errático e impreciso con su derecha. Daba la impresión que se había agotado toda su artillería en la espectácular semifinal con Nadal.
Pero hay que destacar que el suizo le dejó una puerta abierta a partir del segundo set. Federer no estaba "intratable". Su porcentaje con el primer servicio era muy bajo y con sus golpes fallaba más de lo habitual.
Del Potro se dió cuenta, no desaprovechó la oportunidad y se llevó la segunda manga en el tie-break. El tandilense renacía y empezaba otra historia que muy pocos podían llegar a imaginar.
Durante el tercer set Del Potro logró mantener el break hasta el 4-3, allí fue vícitma de los nervios y Federer hizo pesar toda su experiencia para darlo vuelta y ganarlo por 6-4.
"Pasó el tren" fue lo que todos pensamos. Y era lógico, 2-1 abajo en sets y contra Federer en una final. Más aún pesaba el hecho que Juan Martín había estado tan cerca de llevarse ese tercer set.
Pero no fue así y luego de un dramático cuarto set, Del Potro se lo llevó por 7-6. Sí, otro tiebreak ganado contra Federer. Esto es algo muy difícil de conseguir, el suizo no suele perder tiebreaks y menos en este tipo de instancias. En este set la Torre de Tandil demostró toda su entereza y comenzó a desplegar su mejor tenis.
De cara al quinto set, crecía la incertidumbre. ¿Del Potro puede ser campeón del U.S. Open?
Y de arranque quebró el saque del suizo y se puso en ventaja 3-0. Logró superar alguna turbulencia en un juego con su saque y en un abrir y cerrar de ojos estaba 5-2.
El final ya lo conocen: Del Potro campeón del U.S. Open.
Con sólo 20 años entró en la historia grande del tenis argentino. Vilas(4), Sabatini, Gaudio y él son los privilegiados que ganaron un Grand Slam. Repito que tiene un mérito enorme su consagración y es complicado tomar real dimensión de su logro.
Durante la entrega de premios se lo pudo observar muy emocionado y un hecho que molestó a mucha gente fue que "casi" no lo dejaran hablar en español. El campeón pedía ese deseo y de mala gana el presentador se lo concedió. Son cuestiones de TV y Sponsors. Como la final era un lunes, la principal cadena estadounidense tenía que dar paso rápidamente a su habitual progrmación y no había lugar para emociones ni grandes discursos.
Otra característica de la entrega de premios en el U.S. Open es que le dicen al ganador la cantidad de dinero que acaba de ganar (u$s 1.600.000 en el caso de Del Potro y a eso se le sumó un plus de u$s 250.000 por haber terminado tercero en el U.S. Open Series), y no me parece necesario. En ese momento el dinero queda de lado, lo que importa es la gloria alcanzada. Esa gloria que muy pocos logran y que el dinero no puede comprar.
Felicitaciones Juan Martín Del Potro, orgullo de Tandil y campeón del U.S. Open 2009.
